miércoles, 13 de marzo de 2013

La sorpresa


Blanca se sentó, lenta, pausadamente. Con la tranquilidad de quien sabe que ha hecho todo lo posible por mantener las formas, la educación y la cortesía. Su capacidad para soportar el desprecio desconcertaba a sus enemigos y los animaba a persistir en sus humillaciones.

Teresa miraba de frente hacia la ventana. Muda, sin palabras. Sus ojos eran el fiel reflejo de la sorpresa. Había recibido la más grande de su vida. Tan grande que había dejado que Blanca se la quitase. La vida, claro. La sorpresa se fue con ella al depósito de cadáveres.
 
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Des-cuento del proyecto "Historias desparejadas"
Me reservo algunos derechos; las obligaciones, las cedo.

1 comentario:

  1. Me alegra mucho que te hayas animado a abrir un sitio nuevo en el que despositar tus letras, Blanca Scrittore. Lo dejo apuntado en mi libro de rutas con tinta, para no dejar de visitarlo.
    Un beso

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